Lineamientos generales acerca de cómo entendemos y atendemos la convivencia en el Complejo Educativo Nenelandya – Rubén Darío.
Presentación
El siguiente texto se elaboró con el fin de establecer lineamientos generales, enmarcados en las opciones de nuestro Proyecto Institucional, en cuanto a la manera de comprender las relaciones entre las personas, lo que entendemos por Convivencia y Prácticas Democráticas en la Escuela.
El texto no es un listado de acciones que prescribe el trabajo individual de cada docente en relación con la convivencia en la institución, sino que se propone como un punto de referencia a la acción reflexiva y establecida en cada uno de los niveles del Complejo Educativo. Creemos que la coherencia en los abordajes de las diferentes situaciones y las continuidades en las opciones y las acciones son fundamentales para garantizar procesos educativos continuos y trayectorias escolares sostenidas en el tiempo.
Fundamentación
Entendemos que, en la actualidad, las problemáticas sociales atraviesan la sociedad y se sumergen en las instituciones donde los vínculos y las relaciones son intensas, constantes y fundamentales. Ese es el caso de la Escuela, donde es factible ver reflejada la mayoría de las problemáticas sociales, como violencia física, verbal y psicológica, discriminación, etc.
Del mismo modo creemos que la Escuela puede, y en el marco jurídico debe, atender estas cuestiones desde un abordaje sistémico, para reflexionar colectivamente sobre las condiciones institucionales que hacen posible construir un espacio de aprendizaje y de cuidado.
El presente texto se sostiene además, en las leyes referidas a la educación, y a la protección de derechos de niños, niñas y adolescentes. Ley 26.206 de Educación Nacional, Ley 26.150 de Educación Sexual, Ley 26.061 de Protección Integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, Ley 25.871 de Migración, Ley 26.743 de Identidad de Género, Ley 23.849 que aprueba la Convención Internacional de Derechos del Niño, Ley 26.892 para la Promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas, Resolución N° 1057/14 y N° 587/11 de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires.
Objetivo
El objetivo de este trabajo es sistematizar las opciones desde donde comprendemos la convivencia y la participación democrática para convertirlos en los lineamientos de cómo entendemos y debemos atender la convivencia en el Complejo Educativo Nenelandya -Rubén Darío, en el marco de nuestro Proyecto Educativo. Para que, de esta manera, todos los responsables del acto pedagógico tengamos un marco de referencia del cual llevemos adelante nuestras prácticas educativas.
Nuestras opciones en Valores
Entendemos posible construir en el Complejo Educativo un espacio de pertenencia para nuestros alumnos, en un clima de armonía, respeto y alegría Donde cada uno pueda sentirse pleno y desarrollar al máximo su potencial valorando su identidad y s subjetividad.
Por ello en el Complejo Educativo ponemos especial énfasis en el respeto a los derechos del Niño, Niña y Adolescentes, repudiando cualquier tipo de discriminación, ya sea por cuestión de género, nacionalidad, condición económica, físicas, intelectuales, culturales, etc. De la misma manera valoramos la palabra y el diálogo como única herramienta para la solución de los conflictos y la confianza en el Otro repudiando enérgicamente las acciones de apropiarse de lo ajeno o engañar para lograr un beneficio personal.
Valoramos también el cumplimiento de la Norma, sabiendo que no da lo mismo cumplirla que no hacerlo. Y que esa opción trae sus consecuencias.
Cualquier acción o hecho que vulnere cualquiera de estas opciones es un punto de encuentro para analizar procesos y revisar continuidades.
Hablando de Convivencia y Formación Ciudadana
Vivimos en una sociedad que clama por paz, igualdad de derechos y oportunidades que para poder lograrlo, debemos formar sujetos autónomos y críticos que sean capaces de respetar a las personas que opinan de distintas maneras y a su autoridad, que defienden sus derechos ante todo, y cumplan correctamente sus obligaciones y responsabilidades.
Fragmento PI
Cuando hablamos de convivencia no hacemos alusión al modo que se tienen que portar los alumnos, sino que aludimos al estilo de relaciones que queremos crear en la escuela.
Es necesario tener en cuenta que no todos los problemas de convivencia en la escuela constituyen hechos de violencia, y también es necesario reconocer que una manifestación de violencia tiene lugar no solamente debido a las características de las personas involucradas, o por circunstancias individuales, sino también como resultado de una suma de elementos contextuales.
Creamos un contexto favorable a una buena convivencia cuando:
- Pensamos que el aula tiene un sentido y que somos los docentes los que mediamos en la construcción de ese sentido: que nuestros ritos, hábitos, formas, vienen a configurar el sentido que queremos.
- Las relaciones son pedagógicas y que, por tanto, nos posicionan como educadores, respetando y haciendo respetar la asimetría necesaria.
- Es el docente el que conduce, dirige, decide, señala, ordena, organiza y toda una serie de verbos activos: no anulando la actividad del alumno, pero sí, enmarcándola.
- De este modo el docente es la autoridad del espacio pedagógico, dejando de lado modelos como el autoritarismo o el “todo vale”.
- El docente es quien garantiza y coordina la construcción de las reglas de juego que es el aula o cualquier otro espacio educativo.
- Los contenidos tienen sentido, que los docentes los conocemos bien, cuando la propuesta de enseñanza es pensada y significativa.
- Entendemos al acto educativo desde una pedagogía activa donde aprendemos todos de todos.
- No es lo mismo aprender que no aprender, saber que no saber.
- No es lo mismo cumplir que no cumplir, comprometerse a no hacerlo.
- Todos somos importantes, ocupamos un lugar, somos seres con historia, con una identidad.
- No hay mas respeto al adulto tan solo por su “ser adulto”. El respeto es el mismo, lo que cambia puede ser el modo.
- Todos somos diferentes y que es necesario pensar procesos que nos incluyan a todos de modos diferentes.
- Es cierto que hay chicos violentos, “problemáticos”, pero que su etiquetamiento o “estigmatización” reproduce el rol que ejerce, lo retroalimenta, construyendo su subjetividad a partir de allí y allí permanece, encerrado.
- Entendemos también, que la escuela y la familia son socios en el desafío de educar. Que manteniendo un diálogo directo y sincero entre los adultos, y reserva en las posibles diferencias, evitamos exponer a los chicos a los dobles discursos y mensajes. La escuela necesita permanentemente el apoyo de la familia para sostener su autoridad.
- Reconocemos nuestro propio límite, y no ocupamos responsabilidades que no nos corresponden, exigiendo a las partes involucradas cumplir con la suya.
- Hacemos cumplir la norma, y evaluamos sanciones cuando no se cumplen.
Creemos que favorece también la instalación de ciertos dispositivos y/o estrategias, que integrados para complementarse, y llevados a cabo en forma conjunta, sostienen la coherencia de nuestras opciones a lo largo de la trayectoria dentro del Complejo.
Estos dispositivos y/o estrategias son:
- Las normas de convivencia se acuerdan, y cuanto mayor participación y consenso haya en su elaboración mejor.
- La visibilización de los acuerdos de convivencia ayuda al recuerdo de lo pactado y a la continua referencia a un marco. Ordena, direcciona, establece puntos fijos. Es importante que estuvieran en un lugar visible del salón o de la escuela, escritas o dibujadas.
- Es interesante que la construcción de las normas de convivencia sea desde un enfoque positivo más que negativo. Eso evita la sensación de que “en esta escuela no me dejan hacer nada”.
- La norma que no es respetada debe ser señalada, caso contrario crea un ambiente de impunidad y ley de la selva. Si esto lo pueden señalar los damnificados mejor.
- Es bueno que la sanción también sea acordada grupalmente. Al fin y al cabo quebrar una norma es ir contra una palabra del grupo. Pero que la sanción no surja de la bronca, de la rabia, del enojo del momento. Que sea correctiva, que repare el daño, que ayude a reflexionar.
- Que los arrepentimientos sean públicos, que el reconocimiento del error sea público.
- No es bueno multiplicar las consignas de orden: levantar la mano, contar hasta tres, levantar carteles de colores, gritar, etc. La fuerza de un rito operar por su fidelidad. Quizás sea necesario acordar una estrategia única.
- Hay resabios de modelos docentes que no aceptamos hoy. El samarreo, el grito violento, la mirada amenazadora, el cuco de la dirección, la penitencia fuera del aula, no son nuestras opciones.
- Hay situaciones o conductas de alumnos que tienen que ver con modelos o estilos relacionales familiares, problemáticas de familia o de otro índole. No debe generar justificaciones pero sí debemos saberlo y tenerlo en cuenta para construir la empatía y poder ayudarlo.
- El lenguaje de la ternura, del cariño, del amor es altamente educativo, por excelencia. También es necesario saber que se es tierno, amoroso con la palabra firme, clara, sin dubitaciones.
- Todas las situaciones de trasgresión deben ser notificadas a los padres. Sino queda la sensación que entre el alumno y el maestro hay un cierto “somos compinches”. Este criterio también es bastante ambiguo, ya que no se trata tampoco de llenar el cuaderno de notas malas o llamados de atención. Quizás eso demuestre que esa metodología no esté surgiendo efecto. Habría que buscar otra.
- Esta bueno en la dinámica del aula tener un espacio asiduo de evaluación grupal, de lo que pasa en el aula: ¿cómo fue la clase de hoy?, ¿cómo nos sentimos?, ¿Qué estuvo bien?, ¿Qué estuvo mal?, ¿cómo fueron nuestras relacionamos hoy?. Explicitar las emociones con las que transcurrimos el tiempo escolar.
- Los niños manifiestan, en general, confianza hacia sus maestros. Lo justo es dar la misma posibilidad a ellos. Demostrarles confianza. Partir de la idea de que el alumno debe mantener esa confianza. Se trata entonces de responder a la confianza del niño dando confianza al niño.
- Estar atento a cada chico, el conocerlo, preguntarle por sus cosas, su familia, etc, genera un vínculo cálido y de confianza mutua. Y tiene que ver con nuestra búsqueda de una atención personalizada y de hacerlo sentir un ser único e irrepetible, con virtudes y con cuestiones a mejorar.
Guía de actuación bajo la secuencia “Antes, durante y después”
Como dijimos anteriormente, muchas veces los comportamientos que asumen las personas, sean niñas, niños, adultos o adolescentes, tienen relación directa con el contexto en que se dan las interacciones. Por este motivo también, preferimos hablar de roles y no de perfiles. Mientras que los perfiles son fijos, y se definen en relación con la identidad o esencia de la persona; los roles son contingentes, es decir, no tienen porqué ser necesariamente “así”, pueden ser de ese modo, pero también de otro. Y es ahí donde se abre el abanico de posibilidades de la intervención educativa. La inclusión de la variable temporal (“en este momento”, “se presenta actualmente”, etc) relativiza las conductas evitando su cristalización (no: “sos desobediente” sino “estas desobediente”) lo que puede permitir intervenir a fin de ayudar a la alumna o el alumno a modificar sus conductas.
Ampliar los márgenes de comprensión de los conflictos conlleva necesariamente a los integrantes de la Alianza Escuela – Familia a repreguntarse acerca de sus prácticas y el ejercicio de sus roles.
Es importante destacar qué entendemos por “situaciones de conflictos” en el ámbito escolar. Llamamos “situaciones de conflicto” a todo aquello que vulnere el bienestar de un alumno/a dentro de la institución; cualquier tipo de agresión física, psíquica, verbal, etc.; actitudes de hostigamiento ya sean constantes o no, por cuestiones de género, capacidad cognitiva, condición física, condición sexual, familiar, etc. Las situaciones de conflictos ocurridas en otros ámbitos extra escolares o en la web (redes sociales por ejemplo), aunque exceden la Escuela, repercuten en la convivencia escolar, por lo que, por su sola aparición, debe ser abordada.
ANTES
Es importante no minimizar los pedidos de ayuda de los alumnos y las alumnas para resolver los conflictos; por el contrario, demostrar una actitud activa y de escucha tranquiliza a quién la solicitó y posibilita el uso de la palabra. Intervenir con rapidez puede prevenir situaciones de agresiones físicas o verbales más graves. Una disposición atenta a los sentimientos y las emociones de los alumnos puede descubrir situaciones de vulnerabilidad de derechos y hostigamiento por parte de pares. Es preciso generar especialmente en los tímidos, los callados, los más introvertidos, momentos para decir su palabra. Las reuniones de convivencia áulicas, los consejos de convivencia son espacios de prevención y abordaje de situaciones complejas.
Es necesario crear en la escuela un “clima de valores” que permita comprender que el verdadero crecimiento se da en el intercambio con otros; que el único camino posible la solución de los conflictos es a través del diálogo y la empatía; que la circulación de la palabra es cultura dentro de la institución.
DURANTE
Es necesario que cualquier persona que presencie situaciones de conflicto entre alumnos intervenga con el fin de disminuir la carga emocional, intentando apaciguar cualquier episodio de agresión física o verbal. Frente a determinadas situaciones, es aconsejable intervenir en compañía de otra persona adulta.
Es importante que quien haya recibido una agresión encuentre en un adulto la posibilidad de contención necesaria, y que pueda percibir una actitud de empatía, se sienta comprendido y tranquilizado por personas adultas que se harán cargo de la situación.
Frente a una agresión física, se debe separar a los intervinientes, calmarlos, propiciar serenidad y conversar por separado sobre los hechos una vez que sea posible dialogar con mas tranquilidad. En todos los casos, los estudiantes deben quedar en compañía de personas adultas. Si están lastimados es necesario proceder con el protocolo para estos casos establecidos con anterioridad en cada uno de los niveles.
En ningún caso es recomendable que el adulto actúe retando, enojado y/o amenazando con sanciones. Esto puede ser contraproducente y potenciar la violencia y lo nervioso de los alumnos. La actitud a tomar, en el momento de la intervención, es de tranquilidad, calma, serenidad y firmeza.
DESPUÉS DE LA SITUACIÓN
Involucrar al grupo y no suponer que el problema es sólo de algunos. Es necesario que el grupo colabore para que no haya malos tratos.
Convocar a las familias o adultos responsables de las o los estudiantes, en los casos que se evalúe necesario. Es conveniente también convocarlas en primera instancia por separado para extender el conflicto a los adultos.
Proponer espacios de diálogo entre las partes, una vez que estén las condiciones necesarias.
Generar acuerdos y compromisos para la convivencia posterior.
Realizar siempre un registro escrito de la situación, detallando las intervenciones realizadas y los acuerdos convenidos.
Comunicar las sanciones para establecer límites a las transgresiones a las normas acordadas. Entendiendo la sanción como punto de partida de un proceso de transformación de los comportamientos y actitudes, y no como punto de llegada.
Reparación del daño si lo hubiera.
Siempre es importante que no se dé lugar a la sensación de impunidad en la institución; para ello se deben establecer límites claros frente a las transgresiones.
Algunos criterios a tener en cuenta al momento de establecer sanciones.
Es enriquecedor tomar el hecho como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento no sólo para los protagonistas, sino para todo el grupo de alumnos.
Resaltar el papel negativo que cumple el grupo cuando asume un rol de espectador que alienta la resolución violenta, o cuando decide no intervenir para detener la situación.
Ayudar a los alumnos a asumir una actitud responsable y comprometida, señalando que en materia de violencia nadie es ajeno ni neutral, ya que por acción u omisión, todos incidimos en los resultados.
No sirven las sanciones que poco tienen que ver con la situación ocurrida. Intentar que la sanción tenga que ver con una reparación del daño, en los casos que eso sea posible o con un quiebre en la relación de confianza entre alumno y grupo.
Es necesario también, respetar lo estipulado en los acuerdos de convivencia establecidos por la institución y firmados por las familias a principio de año.
El punto de inflexión es el quiebre de la confianza entre la escuela y la familia, como así también, cuando la familia no lleva a cabo las pautas establecidas por la institución para la mejora de la situación.
Los Consejos de Convivencia I
Vivimos en una sociedad que clama por paz,
igualdad de derechos y oportunidades,
que para poder lograrlo, debemos formar sujetos autónomos
y críticos que sean capaces de respetar a las personas
que opinan de distintas maneras y a su autoridad,
que defiendan sus derechos ante todo,
y cumplan correctamente sus obligaciones y responsabilidades1.
Los Consejos de Convivencia son los órganos colegiados que darán lugar a la participación del conjunto de miembros que forman parte de la cotidianeidad de la Escuela.
Los tres espacios están planteados para atender y regular la posibilidad de habitar la escuela desde los derechos, las obligaciones, responsabilidades, la democratización y la participación y atender así a las cuestiones comunes a todos quienes comparten la vida de la institución.
Fundamentalmente, lo que circula constantemente en estos espacios debe ser La Palabra.
“Creen los indios guaraníes que quienes mienten la palabra,
Eduardo Galeano. “Las palabras andantes”
o la dilapidan, son traidores del alma”.
Creemos necesario desde la escuela, revalorizar a la palabra y su intercambio, como instrumento indispensable para una buena convivencia, basada en el respeto y el reconocimiento mutuo. La palabra como herramienta para la construcción de la subjetividad.
En estos espacios, ninguna palabra tiene más valor que otra. Por lo tanto, las intervenciones del docente deben cuidarse de no ser juez ni parte. Es importante allí el rol de mediador en las intervenciones, facilitando la interacción, el diálogo, y la libre circulación de la palabra. Es una buena estrategia la repregunta, para brindar herramientas de expresión.
Del mismo modo que le damos la importancia a la Palabra, no hay Palabra posible si no hay Escucha. Y se hace indispensable que la escuela sea espacio para la conformación de sujetos capaces de escuchar al otro, de escucha atenta, sincera, preocupada por el decir del compañero.
Por lo tanto, Palabra, Escucha y su circulación, se hacen matriz de estos espacios de participación.
Los Consejos de Convivencia tienen su raíz metodológica en la “Guía de actuación bajo la secuencia Antes, durante y después”, fundamentalmente en la etapa preventiva del “Antes” y en la etapa de la reflexión y el aprendizaje del “Después”. Es un espacio donde es necesario repensar la metodología abordándola desde dinámicas de grupo, actividades de integración grupal, de desarrollo de la expresión, de explicitación de las emociones, etc.
Definiciones, tareas y funcionamientos de los tres espacios de participación:
1 – Consejo de Aula
Funciona en el espacio áulico. Esta integrado por los alumnos del aula, un docente o preceptor y en caso de necesidad, los profesores de otras áreas. Siempre es el adulto, quien, con un perfil acorde al espíritu de este proyecto, sea el mediador-coordinador del espacio. En circunstancias particulares, pueden participar autoridades u otros miembros del equipo docente. El espacio puede estar mediado también por un profesional/docente especializado en la tarea de coordinación de grupos y tutorías.
Tareas del Consejo de Convivencia de Aula:
- Atención de las situaciones del aula en general y de los integrantes en particular.
- Análisis y reflexión de situaciones cotidianas del año, del grupo o de algunos integrantes.
- Identificar situaciones de vulnerabilidad como acoso, discriminación en el aula y abordarlas en forma colectiva.
- Acuerdo y construcción de las normas de convivencia del aula y su funcionamiento.
- Análisis y tratamiento de situaciones de conflicto entre los integrantes del curso
- Construir en forma colaborativa con el docente, la sanción reparadora en caso de creerlo necesario.
- Propuesta y desarrollo de actividades complementarias.
- Seleccionar a los dos delegados del curso para el consejo de Ciclo y de Nivel.
- Trabajar las consignas o cuestiones que acerquen sus delegados en los Consejos de Ciclo y de Nivel.
Funcionamiento:
- Reuniones regulares: Asignar un tiempo periódico para la realización de las distintas actividades. La frecuencia de encuentros variará de acuerdo a la edad de los alumnos y avances en la construcción de los acuerdos. En los grados mayores, es posible su realización semanal, como espacio de evaluación de la convivencia durante la semana transcurrida.
- Reuniones especiales: Ante situaciones conflictivas que requieran ser tratadas de inmediato.
- Se dejará constancia de cada una de las reuniones en un acta, (puede ser en un papel afiche), firmado por cada uno de los que hayan participado. Dicho acuerdo deberá permanecer visible en el curso hasta la próxima reunión.
2 – Consejo de Convivencia de Ciclo
Funciona tanto en 1° como en 2° ciclo (o ciclo básico y ciclo superior). Esta integrado por representantes del ciclo. Un docente mediador y uno o dos alumnos de cada sección de año del ciclo, elegidos democráticamente entre sus pares (pueden participar también un preceptor, la dirección o secretaría, según estipulado en cada nivel). En circunstancias particulares pueden participar otros miembros.
Tareas del Consejo de Ciclo:
- Establecer acuerdos de convivencia para los espacios y tiempos propios del ciclo.
- Analizar aquellas situaciones de la convivencia del ciclo en las que se considere necesario aunar criterios para su regulación.
- Ejemplos: Elaboración de proyectos, acuerdos de uso de espacios comunes, horarios, recreos, situaciones de conflictos, trasgresión de normas y acuerdos, etc.
- Intervenir en situaciones de conflicto entre alumnos del ciclo, construyendo en forma colaborativa con la dirección, la sanción reparadora en caso de creerlo necesario.
- Compartir las experiencias de los Consejos de aula.
- Compartir en las reuniones del Consejo de Convivencia la experiencia las experiencias de las reuniones del ciclo.
Funcionamiento:
- Búsqueda de acuerdos para la convivencia, participación y mejor concreción de las aspiraciones de logros comunes en el ciclo.
- En caso de situaciones de convivencia y trasgresión de normas o acuerdos entre sujetos de distinto curso, o grupos amplios de un mismo curso: análisis y reflexión sobre la situación. En función de lo analizado se podrá establecer un espacio de encuentro entre las partes involucradas en el conflicto para llegar a un acuerdo o un espacio de trabajo con cada una de las partes. En caso de gravedad o de no acuerdo, se deriva el problema directamente a la dirección.
- Construir en forma colaborativa, si la dirección así lo dispusiese, la sanción reparadora en caso de creerlo necesario.
- Información de las conclusiones al ciclo o en caso de situaciones de conflicto a las partes involucradas y al curso en general.
Se dejará constancia escrita de las reuniones y sus conclusiones, firmada por los integrantes del Consejo y si existiesen, las partes involucradas. Pueden contar con una cartelera en un sector compartido.
En caso de no llegar a un acuerdo, o que el mismo no fuera aceptado por las partes involucradas o una de ellas, se presentará la situación para su resolución al equipo directivo.
Se realizarán los encuentros con una frecuencia mensual, en reuniones establecidas con anticipación.
3 – Consejo de Nivel
El Consejo de Nivel estará integrado por miembros permanentes: Un mediador, (puede ser la dirección, un representante de la preceptoría y/o el docente miembro de cada uno de los Consejos de ciclo) y uno o los dos delegados de cada curso del mismo Consejo. De considerarse oportuno puede incluirse cualquier integrante de la comunidad educativa.
La finalidad del Consejo de Nivel es articular las cuestiones ocurridas en cada uno de los Consejos de ciclo, intervenir en situaciones que superan dicho Consejo y promover la organización de las actividades del nivel.
Tareas del Consejo de Nivel:
El Consejo de Nivel es un cuerpo de asesoramiento, consulta y elaboración de propuestas para la convivencia institucional.
Serán tareas del Consejo de Convivencia del Nivel:
- Analizar y socializar las normas de convivencia institucional establecidas anualmente por la institución, mediante medios alternativos a los formales.
- Proponer, con argumentación y para su aprobación, cambios en las normas de convivencia establecidas y definidas por la dirección, quien mantendrá la última palabra.
- Intervenir en las cuestiones de cada uno de los ciclos, donde su propio Consejo los convoque.
- Compartir las experiencias ocurridas en los Consejos de ciclo.
- Participar asesorando o coordinando acciones en situaciones que requieran la aplicación de soluciones alternativas (campañas, jornadas, etc).
- Brindar asesoramiento sobre las sanciones reparadoras que correspondieren ante faltas o transgresiones.
Funcionamiento:
Realizará una reunión trimestral, además de las que sea necesario convocar de acuerdo a las situaciones que se presenten para su tratamiento.
Se dejará constancia escrita de las reuniones, firmada por los integrantes del Consejo y las partes involucradas. Pueden contar con una cartelera visible para toda la comunidad.
De los miembros participantes de los tres espacios de participación.
- De los alumnos: deben ser elegidos por sus compañeros en elecciones con voto secreto. Deben renovarse trimestralmente, no pudiendo ser reelectos. Debe trascurrir un período para volver a ser elegidos.
- De los docentes o preceptores: quienes tengan intenciones de participar, deben ofrecerse a la dirección. En caso de ser mas de uno, se debe elegir con votación. En caso que ningún docente se ofrezca, la dirección podrá solicitarle a cualquier docente que cumpla dicha función.
- De la dirección y la secretaría. Son las responsables últimas de este proyecto. Pueden participar libremente en cualquiera de los consejos de aula, cuando así lo dispongan.
Algunas cuestiones importantes a tener en cuenta por los docentes coordinadores…
- Hay que dejar bien en claro que hay cosas que son negociables y otras que no. Que la autoridad sigue siendo el docente, lo que se trata es de evitar caer en autoritarismos, en los chicos simples receptores de las normas impuestas. Sino en diálogo con la autoridad correspondiente.
- Volver a hablar de autoridad, no es mala palabra. Una autoridad educativa, se basa en el amor, la ternura, la palabra firme, el límite justo.
- Se tornan densas o aburridas atender siempre las problemáticas coyunturales. También como docentes podemos proponer temas, reflexiones, debates sobre cuestiones generales, para un aprendizaje no siempre reactivo, o sea a causa de lo que pasó, sino también proactivo, o sea preventivo a lo que nos puede pasar o esta pasando en la sociedad donde vivimos. Cuidando siempre de NO CAER NUEVAMENTE EN ACTIVIDADES DE TIPO “CLASE”, de reflexiones vacías, de valores sin experiencias donde se puedan vivir.
- Tener cuidado a que no participen, o hablen siempre los mismos. Cuidar que no haya “excluidos” en nuestro grupo. Valorar las pequeñas intervenciones.
- Una posibilidad es que, en los grupos grandes, de a poco vayan coordinando los chicos las reuniones. Es fruto de un proceso, y cuando se logra, es un gran punto de llegada.
- Algunas actitudes muy interesantes se desvanecen en los chicos y chicas una vez terminada la reunión. Como que “presento un discurso en la reunión, ante la mirada “juzgadora” del docente, y en el recreo cuando no esta hago lo que me sale, sin controlarme”. Esto hay que exponerlo.
- Aunque en los chicos que intervienen en la experiencia solo uno construya valores democráticos, revalorice su palabra y contribuya a la construcción de su autonomía, el proyecto vale la pena.
- Es una experiencia más que positiva. Aunque muy cansadora, no hay que abandonarla, sabemos que es una construcción a largo plazo. “El tiempo que llevan los procesos de subjetivación es largo y los resultados no son inmediatos” II.
I. El texto hace referencia a la disposición, organización y ejecución de los consejos de convivencia en el nivel primario. En el nivel Inicial se desarrolla únicamente el Consejo de Aula en sala de 5 y en el nivel secundario dicha organización se rige por la resolución 1709.
II. Zelmanovich, Perla y Gojman, Silvia, FLACSO, 2008.