La ley 26.150 de Educación Sexual Integral recoge los principios constitucionales de igualdad y de no discriminación, presentes en la Ley 26.206 de Educación Nacional, que en su espíritu propone asegurar condiciones de igualdad, respetando las diferencias entre las personas, sin admitir discriminación de género ni de ningún otro tipo. Por éste modo, creemos necesario hoy que las escuelas brinden conocimientos y promuevan valores que fortalezcan la formación integral de una sexualidad responsable, promoviendo en todos los niveles y modalidades la comprensión del concepto de eliminación de todas las formas de discriminación.
En el Complejo Educativo nos posicionamos frente a la Educación Sexual Integral desde un paradigma que no se reduce a un solo espacio, aula, asignatura o docente dentro de una propuesta educativa. Por el contrario, nos posicionamos desde un paradigma que nos invita a trascender la mirada de enfoques que subrayan a las sexualidades como sucesos biológicos (a lo que en ocasiones, son reducidos los programas de educación sexual), para entramarlos como un todo, con las dimensiones éticas, filosóficas y culturales.
El Proyecto de Educación Sexual Integral y Perspectiva de Género consiste en encarar el espacio en forma transversal, con el fin de promover los buenos vínculos nutritivos, solidarios, respetuosos, curiosos, democráticos, integradores, individualizadores, valorando y respetando a cada persona y cada relación por lo que es. Que se conozcan y reconozcan los cuerpos, las diferencias y las similitudes.
Que promueva vínculos empáticos, de personas sensibles, seguras, contenedora, y también receptoras de afecto, con interdependencia libre, sin sometimientos. Y que en ese contexto se dé información pertinente. Para esto nos proponemos revisar metodologías, selección de contenidos y dinámicas de participación y de empoderamiento de niños, niñas y adolescentes en las distintas asignaturas y espacios de la escuela. Como así también poner en revisión las concepciones personales, las trayectorias individuales en los adultos que forjan representaciones que se ponen en juego frente a lo cotidiano de la escuela con comentarios, respuestas, normas, consignas que naturalizan la construcción de lo femenino y lo masculino. Se quiera o no, sea consciente o sin conciencia de ello, todo docente imparte educación sexual. Lo hace cuando habla y gesticula, cuando se refiere a sus alumnos y alumnas, cuando adjudica roles, cuando interviene en situaciones de conflicto grupal, etc.
Se trata entonces de ser conscientes de esta realidad, de analizarla y reflexionar sobre ella, para modificarla si fuera necesario, para tornarla coherente y/o para sistematizar lo que a los niños y niñas se les transmite.
Con este proyecto buscamos fortalecer las capacidades propias de los niños, niñas y adolescentes para asumir una vida plena, como al mismo tiempo poder desandar caminos culturales dominantes de la división sexual en las sociedades contemporáneas y particularmente es las escuelas desde una perspectiva de género.
En el Complejo Educativo comprendemos a la ESI como un espacio sistemático y transversal de enseñanza aprendizaje que promueve saberes y habilidades para la toma de decisiones conscientes y críticas en relación con el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales, el ejercicio de la sexualidad y los derechos. Los contenidos son abordados desde las distintas áreas y disciplinas e incluye situaciones de la vida cotidiana presente en las aulas y la escuela. También responde a las etapas evolutivas de la infancia y la adolescencia.
Propósitos Formativos
- Ofrecer oportunidades de ampliar el horizonte cultural desde el cual cada niño, niña y adolescente desarrolla plenamente su subjetividad reconociendo sus derechos y responsabilidades y respetando y reconociendo los derechos y las responsabilidades de las otras 12 personas.
- Propicias el conocimiento del cuerpo humano, brindando información básica sobre la dimensión anatómica y fisiológica de la sexualidad pertinente para cada edad y grupo escolar.
- Promover hábitos de cuidados del cuerpo y promoción de la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular, de acuerdo a la franja etaria de los educandos.
- Promover una educación en valores y actitudes relacionados con la solidaridad, el amor, el respeto a la intimidad propia y ajena, el respeto por la vida y la integridad de las personas y con el desarrollo de actitudes responsables ante la sexualidad.
- Presentar oportunidades para el conocimiento y el respeto de si mismo/a y de su propio cuerpo, con sus cambios y continuidades tanto en su aspecto físico, como en sus necesidades, sus emociones y sentimientos y sus modos de expresión.
- Promover aprendizajes de competencias relacionadas con la prevención de las diversas formas de vulneración de derechos: maltrato infantil, abuso sexual, trata de niños.
- Propiciar aprendizajes basados en el respeto por la diversidad y el rechazo por todas las formas de discriminación.
- Promover una educación en valores relacionados con el respeto por las diferencias, reconociendo igualdad de derechos y oportunidades, desde una perspectiva de género.
Perspectiva de género.
Para abordar las problemáticas que surgen en la relación entre lo masculino y lo femenino como patrones culturales dominantes, se instituyó el término “género”, en reemplazo de la palabra “sexo”, dejando esta palabra sólo para referenciar las diferencias biológicas. El concepto de género permite dar cuenta de la superación del enfoque tradicional que definía las categorías de varón y mujer a partir de las diferencias sexuales. La potencia del concepto radica en que refleja la subjetividad inherente a la construcción de los roles, y cómo esa subjetividad es definida en el marco de un imaginario social, que legitima qué conductas son las que se consideran apropiadas, “correctas” o “normales” para cada género.
En el Complejo Educativo entendemos lo femenino y masculino como una construcción, un proceso lento y sinuoso de sedimentación en torno a maneras de ser, de hacer y de pensar en función de un tipo masculino y femenino dominante. Que la muñeca sea para las nenas, que los juegos bruscos son de varones, que llorar no es cosas de hombres, que la mujer sea ama de casa no tiene nada de natural.
Se trata de patrones culturales que se van aprendiendo.
En la escuela, además de todo lo prescripto y establecido, todo el conjunto de conocimientos, valores, habilidades que se propone enseñar y se conoce como currículo formal, existe lo que se conoce como currículum oculto. Este concepto hace referencia a diversos saberes, normas, valores, acciones que los adultos transmiten cotidianamente sin ser absolutamente conscientes de dicho pasaje. Y, justamente, en la condición tácita de dicha transmisión reside su mayor eficacia.
La perspectiva de género permite, justamente, desnaturalizar el vínculo entre sexos para reponer las condiciones políticas que lo constituyen, comprender las formas de construcción de lo femenino y lo masculino, las representaciones dominantes en cada caso y de cómo atraviesan nuestros modos de hacer y de pensar.
En el Complejo Educativo, en cada uno de los niveles y sus prácticas debemos descubrir nuestro currículum oculto, aquello que estamos transmitiendo sin ser absolutamente conscientes y contribuyendo a la construcción de patrones hegemónicos excluyentes y discriminadores desde esta perspectiva.
Ser docentes no es una categoría social que nos exime de tener nuestra subjetividad atravesada por los valores sociales vigentes. Tampoco nos garantiza una objetividad, ni una racionalidad absoluta en el momento de vincularnos con nuestros/as alumnos/as. Pero sí estamos obligados a llevar adelante nuestra práctica de manera reflexiva y contribuir a formar sujetos que incorporen la igualdad de género como un valor también.
Problematizar la cuestión de género implica realizar una tarea de reflexión, primero entre los docentes, para tomar conciencia de nuestros prejuicios y de cómo éstos están imbricados tanto en nuestro discurso como en nuestra práctica pedagógica.
Es común encontrar prácticas educativas donde se detectan cuatro formas básicas en las que los estereotipos sociales de género son reforzados:
- Cuando la consigna dada por el docente separa varones y mujeres, asignando tareas diferenciadas para cada uno.
- Cuando el reparto de roles de los docentes es el socialmente establecido y casi nunca alteran la distribución.
- Cuando los docentes no intervienen frente a acciones y comentarios de los alumnos que reproducen los roles sociales establecidos.
- Cuando los docentes realizan comentarios informales que refuerzan los estereotipos. (Por ejemplo “ella juega al fútbol a la par de los varones”)
La igualdad de género es una de las normas legales establecidas en la práctica educativa, es necesario contribuir a formar sujetos que incorporen la igualdad de género como un valor. Por lo tanto, debemos trabajar sobre los saberes previos. Esas respuestas que tiene para explicar el mundo cotidiano. Ellas reflejan las respuestas de la sociedad en la que el niño esta inmerso. Y es la escuela la que tiene que confrontarlas. Ante cada sentencia, cada aseveración que implique un prejuicio, la intervención pedagógica debe lograr interpelar dicho prejuicio, obligando a revisarlo, a buscar fundamentos, a incorporar nuevas informaciones y reflexiones que favorezcan la construcción de nuevos saberes.
Opciones metodológicas
Decidir si la educación sexual integral debe ser abordada desde una perspectiva transversal o como un espacio curricular específico, requiere considerar, entre otros factores, la etapa de desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, sus necesidades, intereses y derechos y el nivel educativo
correspondiente. La transversalidad y la existencia de un espacio curricular específico no constituyen alternativas excluyentes. Sin embargo en el Complejo Educativo organizamos espacios transversales de formación desde el nivel Inicial y primario, para luego considerar la apertura en la Educación Secundaria de espacios específicos, que puedan formar parte de asignaturas ya existentes en el currículo o de nuevos espacios de incorporar.
Para el nivel Inicial y el trabajo en el nivel primario, creemos pertinente un abordaje transversal. Que acompañe la mirada en todos los espacios educativos. Incluso, revisar las propuestas pedagógicas, los contenidos curriculares para resignificarlos desde la ESI y la Perspectiva de Género (fundamentalmente en las áreas de Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, prácticas del Lenguaje y Literatura, Educación Física y Educación Artística).
En lo que respecta al nivel Secundario creemos necesario encaminarnos a la creación progresiva de espacios curriculares específicos. Esto permite desarrollar contenidos más complejos y concretos, atendiendo a la vez a demandas puntuales e inquietudes propias de los adolescentes del nivel. De esta manera, generar un espacio protector frente a riesgos que conllevan la existencia de problemáticas como: embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, adicciones, falta de cuidado del propio cuerpo, situaciones de abuso o explotación, etc.
PROPUESTA CURRICULAR
Cuando hablamos de promover nuevos aprendizajes, hacemos referencia a respetar la etapa evolutiva y la edad cronológica de cada uno de nuestros niños, niñas y adolescentes del Complejo Educativo.
Entonces… ¿qué aprenden en cada nivel?
En el Jardín:
- Reconocimiento y expresión de sus sentimientos y emociones.
- Respeto por las distintas formas de organización familiar.
- Partes del cuerpo humano y palabras adecuadas para nombrarlas.
- Gestación y nacimiento.
- El decir “no” cuando un contacto físico con otra persona incomoda, confunde o molesta.
- El pedir ayuda.
En la Primaria:
- Roles sociales de mujeres y varones en la historia.
- Diferencias biológicas entre varones y mujeres.
- Mirada integral de la reproducción humana: biológica, afectiva, psicológica y social.
- Prejuicios y actitudes discriminatorias.
- Derechos vulnerados, como abuso o violencia sexual.
- Modelos corporales de los medios y de la publicidad.
En la Secundaria:
- Enfermedades de transmisión sexual.
- Derechos vulnerados: acoso, abuso y violencia sexual, maltrato, explotación sexual y trata de personas.
- Métodos anticonceptivos y de regulación de la fecundidad.
- Primera relación sexual, el decir “no” frente a la presión de los pares y de los medios.
- Construcción social e histórica del ideal de belleza corporal.
- Desarrollo de capacidades para tomar decisiones y fortalecer la autoestima.
BIBLIOGRAFÍA:
- Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral – Programa Nacional de Educación Sexual Integral. Ministerio de Educación, Presidencia de la Nación.
- Ley Nacional N° 26.150 de Educación Sexual Integral
- “Ellas y ellos en la Escuela: nada es natural” Gabriel Brener – Novedades Educativas, Año 23 / N° 245
- «Escuela e igualdad de géneros, entre tradiciones y conflictos” Viviana Alonso – Novedades Educativas, Año 23 / N° 245
- «Pedagogía de las sexualidades. Un recorrido que comienza fuera de las escuelas” Susana Ackerman – Novedades Educativas, Año 24 / N° 259
- “La Educación Sexual Integral en el Aula, ¿Derecho u obligación?” María Marta Oliva – Novedades Educativas, Año 24 / N° 259
1. El presente texto ha sido construido con fragmentos, ideas, citas textuales de los textos que indicamos en la bibliografía, como así también de nuestras reflexiones.